Hace poco preparamos un taller para 50 estudiantes de universidades chilenas (no faltaron algunos periodistas y fotógrafos trasandinos). Teníamos pocas horas, por eso trabajamos en forma muy intensiva. Teniendo en cuenta la cantidad de talleristas que asistieron tuvimos que pedir ayuda a dos jóvenes profesionales. Tanto Verónica Camejo como Lucas Bozzolo nos dieron una valorada asistencia que ayudó que el taller fuera un éxito.
Ellos en todo momento respondieron preguntas, logrando doblegar la típica situación traumática de ser creativo ante los demás. En muchos casos, mientras mantenían una distancia de las consignas que pretendía el profesor, se entregaban sin problema a responder las mismas consignas, pero de un igual. Porque Camejo como Bozzolo no sólo compartían con los estudiantes chilenos la misma edad, sino hasta hace poco el mismo lugar de capacitación.
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